miércoles, noviembre 19, 2003

elucubraciones▼del▼verbo▼explicar

yo explico pa´ que la banda se explique. o la banda explica para que flote la explicación. y, ya todos explicados, pos no hay forma de hacerse pendejos.

nomas que a veces uno no quiere explicar porque cree, realmente, que ya todo esta explicado. pero de repente nada tiene explicación y uno no sabe si la explicación estaba o nomás se quiso que estuviera.

memoria de infancia uno: cuando estaba en el kinder unos niños pasaron corriendo junto a mi y tiraron mi refresco "chaparrita". el envase cristalino se hizo añicos dejando un cadaver en trozos bañado en sangre sabor naranja. lloré.

nunca he sido capaz de explicar las lagrimas, es más, ni siquiera me he tomado la delicadeza de saber exactamente de donde vienen, si, si... ya se: glándulas lacrimales. y ¿a mi eso qué?. quiero decir. uno llora porque siente calor en los ojos. porque no los puede tener abiertos. o simplemente porque un liquido salado comienza a escurrir presa de la gravedad. uno no tiene que entender exactamente que pasa. uno llora y ya.

y luego, inocentemente, se trata de explicar todo. uno infiere que la explicacion anda por ahi. en alguna parte. lejana y mas sabia que la propia cabeza. y la desesperanza a veces se apodera de uno. y, sorpresivamente, regresan las lagrimas. ¿para que? si, si. "¿para que? " como si el hecho en si mismo fuera una guia para entenderlo.

no existe. y digo que no existe para no explicarlo. asi como se niega un sinnumero de otras cosas solo por no darles explicacion.

memoria adulta numero 54: niego. niego que exista el querer pasar tiempo contigo. niego que posea unas inmensas ganas de pedir verte cinco minutos mas, en un loop. niego los recuerdos. los buenos recuerdos. niego la distancia. niego la sensacion de que algo se me desprende, lento.

la negacion es lo que mejor manejo. solo es cuestion de mirar de lado, poner cara de sorpresa y mover rotativamente la cabeza de izquierda a derecha. De izquierda a derecha. Si se hace en sentido opuesto la negación pierde cierta fuerza y el interlocutor tiene derecho a no fiarse.

de explicaciones he llenado libros y minutos, largos, largos. y parece ser que voy viviendo con el simple amparo de dar explicaciones posteriores de todo. quiero exceptuarme a mi misma. hoy no explico. ni quiero. hoy nomas digo que que bonito es casi todo cuando se tienen ganas de verlo.

como ya entiendo que los silencios se reparan con letras, advierto: los silencios se reparan con letras.

|• de la serie: me está dando por los recuerdos (rec. 1) •|

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